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Cómo afrontar el caos y la incertidumbre

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Cómo afrontar el caos y la incertidumbre – Por Jorge Carvajal.

Cómo afrontar el caos y la incertidumbre es una reflexión de Jorge Carvajal sobre nuestro poder para aprovechar las leyes del caos como la bifurcación, la sensibilidad y la emergencia, en dirección de nuestra realización. Ya desde los avances de la ciencia comprendemos hoy que el caos puede ser la matriz de un nuevo orden. En la mitad de la tormenta podemos afirmarnos en nuestro propio centro, y convertirnos en ese núcleo de serenidad que simboliza el ojo del huracán. En el seno de una gran crisis, como la actual, podemos optar por huir y resistirnos, o aprovechar la sensibilidad para ascender a la responsabilidad, que es nuestra capacidad humana para ir más allá de la mera sensibilidad o la sensiblería de la víctima. 

Cómo afrontar el caos y la incertidumbre - Jorge Carvajal

Es cierto que no podemos elegir el mundo que vivimos, ni controlar las crisis evolutivas en la tierra, pero si tenemos la libertad de elegir cómo las vivimos. La clave está en la actitud, que explica las grandes diferencias socioculturales, familiares y personales en el modo de afrontar el caos y la incertidumbre. No es sólo lo que está ocurriendo, es sobre todo cómo lo vemos, cómo lo sentimos y cómo lo vivimos. En síntesis, lo determinante es nuestra actitud hacia la crisis, que en última instancia determinará si nos hundimos o emergemos. 

Si aprendemos del principio de incertidumbre de Heisenberg, ya vigente en la física de las partículas, seremos tal vez más humildes y más sencillos. A lo mejor dejaremos nuestro afán de controlar y sabremos que aprender a controlarnos conscientemente es ya un auténtico milagro. Desde esa misma dimensión microcósmica, retomaremos el principio de la dualidad onda-partícula, para salir de los dogmas rígidos que nos hacen ver la vida dividida entre opuestos, cuando sabemos que ya desde el minúsculo electrón, la dualidad conforma las dos caras de la moneda de la unidad. Y, sobre todo, podremos asumir que el observador, el sujeto, cambia el mundo que observa según su posición.

Cuando cambiamos nuestra postura o actitud cambiamos el mundo. Si vemos la crisis desde una actitud que no sea la del victimismo, de seguro podremos aprender sus grandes lecciones y emerger. Tenemos salida cuando podemos elegir en los procesos caóticos de bifurcación de la vida, entre el aprendizaje y la resistencia. Tomamos control de las situaciones que no podemos controlar afuera, cuando utilizamos la sensibilidad propia del caos para ascender a un nivel superior de responsabilidad.

La propuesta para abordar la incertidumbre propia de los procesos de cambio vertiginoso, es acceder a los sistemas caóticos considerando las leyes que los rigen.  Aceptando la interpretación moderna del universo como un océano de caos, con unas cuantas islas de orden – podríamos reconocer con físicos, matemáticos y científicos sistémicos, que el caos es reversible. 

Entremos de pasada en las propiedades descritas por la física cuántica para el mundo subatómicos que, para algunos, no es aplicable a los fenómenos biológicos y humanos. Sin embargo, estos mundos están precisamente constituidos por un océano de partículas subatómicas, y no podrán, por su misma constitución, ser marginados de los principios que rigen para la cuántica. Estos comprenden, entre otros, el principio de incertidumbre de Heisenberg, la dualidad onda-partícula, la superposición de estados, el entrelazamiento cuántico, y la posición del observador.

El principio de incertidumbre de Heisenberg describe cómo si conocemos la posición exacta de una partícula no podremos conocer con precisión su velocidad. Y viceversa. En nuestra vida esto tiene que ver con el ejercicio de la atención. Cuando dirigimos la atención en una dirección no podremos conocer otras direcciones. Si damos un paso en una dirección automáticamente renunciamos a ir en cualquier otra dirección. Esto plantea la necesidad de flexibilidad y humildad para adaptarnos a los procesos de cambio. Es cierto aquí que no podemos controlarlo todo, pero sí podemos elegir cómo nos adaptamos al entorno, aprendiendo y disfrutando del proceso de cambio y de aprendizaje que es la vida. La humildad y la adaptabilidad nos aportan la resiliencia para vivir la gran incertidumbre que nos trae el caos.

En el campo de la biología vemos cómo, desde el mismo nivel celular, la muerte, causa mayor de nuestra incertidumbre, es indispensable para que las células dañadas se puedan reemplazar. La muerte es necesaria y cierta. Negarla no tiene sentido, pues al hacerlo, terminamos huyendo de la muerte o viviendo como si nunca nos fuéramos a morir. El día de la muerte es totalmente incierto, por lo cual prepararse para el momento es ineludible, es una clave mayor para vivir la vida. Aprender a morir las pequeñas muertes en cada espiración, al final de cada acción o de cada día, y aprender la lección del desapego, son claves mayores para que el día de la gran transición que llamamos el morir pueda ser afrontado desde la actitud del aprendiz. Sería catastrófico si solo pusiéramos en la ecuación de nuestra vida la muerte de centenares de millones de células que se suceden cada segundo y no tuviéramos en cuenta su reemplazo constante por células nuevas. En el caos de la muerte celular, se desencadena la regeneración celular. Y así en la vida. El vacío, la entrega, la renuncia, el amor incondicional nos renueva, tu experiencia. Lo que resuelve la incertidumbre es tu claridad, tu vivencia. Es esa la clave de la adaptación exitosa a las condiciones ambientales difíciles.

Todo esto es posible si desarrollamos un buen carácter, la condición crítica para que nuestra personalidad se convierta en un agente de realización. Un carácter maduro, templado por la experiencia, y tolerante es una clave mayor para la necesaria adaptación a un mundo en permanente proceso de cambio. Y esta armonía en el carácter implica 3 aprendizajes: El control o la correcta visión. El compromiso o la correcta escucha. Y la creatividad o la correcta palabra. Si estas tres instancias de la conciencia se sincronizan y funcionan adecuadamente, tenemos a nuestra disposición las mejores herramientas para que el punto crucial, representado en cada crisis, sea una oportunidad de aprendizaje y ascenso a un nivel superior de la conciencia. 

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