Unalma

El cuerpo como instrumento y no como fin

Cuerpo Herramienta Jorge Carvajal y Andres Ossa

Cuerpo Herramienta Jorge Carvajal y Andres Ossa

El cuerpo como instrumento y no como fin – Por Jorge Carvajal.

En el cuerpo como instrumento de la vida no como fin, Jorge Carvajal y Andrés Ossa reflexionan sobre sobre cómo mantenerse en forma, tanto a nivel físico, como emocional y mental.

El cuerpo como herramienta. No como fin. - Jorge Carvajal y Andrés Ossa

Todo es veneno o es remedio según la dosis decía Paracelso. La clave de la salud es encontrar las justas proporciones, dosificarnos, restaurar nuestros ritmos, cuidar nuestras pausas. Acceder a propuestas rítmicas de actividad y reposo, como el ayuno y el ejercicio intermitente, y saber que en eso de cuidarse nunca más es mejor, pues los excesos son peligrosos para la salud.

Comprendemos mejor el sentido de estas reflexiones si nos formulamos preguntas que nos pueden sacar del afán de reconocimiento y la dependencia. ¿Vivimos para el cuerpo o cuidamos nuestro cuerpo para la vida? ¿Sacrificamos la vida para obtener placer a toda costa? ¿Invertimos lo mejor de nuestro tiempo buscando ser reconocidos?

El placer de comer, el del sexo, el de ser reconocidos puede conducir a la adicción. Más placer no es así más felicidad, y frecuentemente nos lleva a una pérdida de libertad. Hay placeres equilibrados y constructivos que contribuyen al genuino placer de vivir, que es la felicidad. Se trata de que podamos disfrutar la dieta, el ejercicio, el sueño, todos nuestros hábitos de vida con sus ritmos. Así serán lúdicos, contribuirán a la química del placer que conduce a la satisfacción y la saciedad, indispensable a la salud porque a nivel visceral tendemos a ser insaciables.

Eso que experimentamos como vacío interno y falta de saciedad proviene de nuestra incapacidad de disfrutar. Si no disfrutamos, liberamos cortisol, retenemos líquidos, alteramos el metabolismo, acumulamos grasa. Lo que nos dice claramente que nuestra dieta es también emocional. Cuando no nos aceptamos somos insaciables y buscamos afuera compensar lo que sólo podríamos encontrar dentro de nosotros mismos. Esto implica regresar a uno, aceptarse, reconocerse. Quererse. Tratarse bien. Salir de la culpa y el miedo, que nos llevan a compensar con un exceso de ejercicio, o de comida, o de sexo. Pero esto sólo nos aleja más de nosotros mismos.

¿Dependemos para construir nuestra autoimagen del reconocimiento externo? ¿O nos aceptamos y nos reconocemos? Sin autoreconocimiento, no será suficiente ningún reconocimiento y nos convertiremos en esclavos de ser reconocidos.

El vacío que tratamos de llenar con placeres externos es vacío de nosotros mismos. Sacrificar la vida para ser valorados o reconocidos, nos ha convertido en mercenarios. En esta era de las redes sociales, es cuando menos engañoso medir nuestro nivel de felicidad por el número de likes. Lo importante es gustarse, reconocerse. Amarse. Así cuidar el cuerpo como el mejor instrumento de la vida.

Salir de la versión móvil