Unalma

Más allá de la longevidad: la vida

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Más allá de la longevidad: la vida.
Por Jorge Carvajal

“How old are you?”

Tal vez no tenga sentido responder a esta pregunta con el número de tus años.
¿Cómo te haces mayor? ¿Cuánta vida llevas en tus años?

Más allá de la edad cronológica y la biológica, ¿cuál puede ser tu edad psicológica, ¿tu edad espiritual?, ¿has cumplido y puedes confesar como el poeta que has vivido?
¿Sigues vivo como el río que fluye o te has quedado congelado en el pasado?

Recuerda que la extensión del tiempo es menos importante que la calidad de los instantes, de donde brota, como agua fresca, todo lo que está naciendo.

 

¿Dónde se sumerge lo que va muriendo?
¿Has experimentado alguna vez, más allá del oleaje de las apariencias, la conciencia profunda del océano de ser, continente de todas tus edades y estados de conciencia?

¿Pasan los años?, ¿le pasas a los años?
¿Dejas que te pase el tiempo, como pasan largas las noches sobre el continente helado del extremo norte o el extremo sur?

¿Has notado que en esas noches de la rutina pierdes la vida de los años y que esos tiempos insustanciales te impiden navegar ser adentro?

La tercera edad, la cuarta, ¿quién sabe? Adultos mayores, Mayores niños, niños adultos, jóvenes jóvenes, niños viejos, viejos niños: las almas tienen todas las edades.

¿Quelle age avez vous? ¿Quién sabe?

Las edades que viven en uno no solo son extensiones del tiempo, guardan el misterio del no tiempo y de la muerte, habitantes de los instantes en los que muerte y nacimiento son señaladores del cauce de la vida. No tendrán mayor sentido los tiempos del reloj cuando las edades queden liberadas en la nadedad y la leve levedad del ser.

Otros modos de morir, nacer, vivir

 ¿Cómo vivimos?

Crecemos más. Somos más altos y menos livianos. Somos más veloces en superar a otros y más lentos para superarnos. Tenemos más prisas, menos pausas; nos preocupamos y nos ocupamos menos de nosotros y mucho más de todo aquello que no somos; somos más extensos y menos profundos; abarcamos mucho, apretamos poco; sobrenadamos la vida, sobrevivimos; nos piensan, nos programan, defendemos la falsa estabilidad de la rutina y así echamos a perder la felicidad, la creatividad, la realización.

Olvidamos el ancla, la quietud, la profundidad de este océano de vida; tratamos de llegar indemnes a la orilla, pero arrastrados por la corriente del no ser, nos estrellamos contra el acantilado.

Si tenemos suerte, o mejor, si somos conscientes, despertamos. Regresamos al origen como los salmones que recuerdan las fuentes primigenias, y emprendemos el sendero de regreso para nacer de nuevo. Pero es otro el que regresa y otro el modo de morir y de nacer. Otro modo de Vivir. Cómo envejeces. ¿Cómo vives?

La vida no añora la quietud porque ya en su movimiento es serena. Y en esa su armonía todos los tiempos son ritmos, y vivir, una danza de energía que permea toda la biología y nos permite presentir ese director de orquesta, ese que en nosotros interpreta la particular partitura de este tiempo que vivimos antes de morir. Porque después, aún sin los instrumentos de la biología, la música permanece. Y el músico se prepara para una nueva sinfonía. 

Las divisiones celulares, la longitud de los telómeros, la dieta, el ejercicio, el sueño, la meditación, la paz, la pausa, el ritmo, la serenidad, la actitud, el sueño, el sentido, el amor.

Todas las dimensiones de la conciencia cuentan, en una edad sin tiempo que constituye todas las edades de la vida. Esa edad de las edades es, en ti, conciencia viva.

Tal vez aún no seamos conscientes pero casi todos morimos prematuramente. Prendemos fuego y arrasamos la ciudad de la vida mucho antes de que resuene la última campanada en el programa de su biología.

Tal vez renunciamos a décadas enteras, pues ya algunos científicos calculan que una dieta inadecuada en ritmos y contenido puede quitarnos hasta veinte años de la vida. Longevidad a nuestro alcance. Qué podemos hacer además de filosofar o cientifizar sobre la longevidad y el alargamiento de la vida.

Antes que nada la vida. La longitud será producto del programa biológico no interferido. Y alargar la vida, más allá del límite natural de su biología, es como tratar de prolongar la longitud del río a su llegada al mar.

No entiendo que tenga mucho sentido posponer la biología de la vida en el cuerpo, cuando la sola conciencia del instante nos aproxima subjetivamente a la profundidad del tiempo.

El tiempo germinal

 En la tierra removida de tu propia biología yace el secreto de la germinación. Prepara esa tierra con la vida, y siembra tus semillas: Pronto comprenderás que solo podrán germinar en la tierra de tu propia herida. Necesitarás cuidarlas con el agua de tus lágrimas y de tu sudor, y sobre todo no te olvides de darles calor con el fuego de tu amor. Con el arte y la ciencia del ritmo, la paciencia y firmeza serena de tu paz, lograrás que las semillas revelen el misterio de tus talentos.

No empujes, no acoses, no aceleres, no temas. Confía. Disfruta la vida feliz del sembrador que se siembra sin pretender nada para sí. Descubre las estaciones de la vida en ti… y ordénate, escucha, siente, nace y muere en los instantes y disfruta. Pinta con el colorido de tus sueños y da vida al diseño único que la vida quiere manifestar a través tuyo.

No desfallezcas hasta que tu semilla se despliegue en el bosque único de tus relaciones. Asiste a la multiplicación de la semilla y siembra… siembra cada día que, cuando compartes la cosecha, la vida misma escoge las mejores semillas, esas que quedaron animadas con tu propia vida.

Los años de la vida y la vida de los años

Sabemos muchas cosas hoy. Aplicamos poco. Este es solo un esbozo de lo que está a tu alcance.

El surco fértil es una tierra preparada por tus mejores hábitos. Remueve la tierra profunda de la biología, retira las malas yerbas, riega día a día, ama y confía. Incorpora conscientemente los tiempos que las estaciones de la vida te demarcan. Y vive el ritmo que entreteje pausa y actividad para mantener la vitalidad en el espacio-tiempo de tu cuerpo. 

Incrementa la calidad de tu energía. Entra en modo de desintoxicación y regeneración

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