7 estrategias para reinventarnos – Por Jorge Carvajal
Dentro del plan de la vida siempre hay referencias al número siete: siete colores, siete notas, siete centros de energía. En “7 estrategias para reinventarnos”, Jorge Carvajal nos propone modos nuevos de vivir el actual desafío de un cambio de conciencia.
Estos modos se relacionan con 7 grandes cauces de la conciencia conocidos como los siete rayos por los antiguos sabios.
Estas 7 proyecciones de la luz son como 7 radiaciones, 7 ríos de conciencia, 7 actividades que a su vez están determinando la manera de proyectarnos como humanidad y relacionarnos con la naturaleza.
Esas actividades se relacionan así:
- Con la voluntad, que representa la política, el gobierno del sistema.
- Con la educación y la salud, que representa el amor dentro del sistema, aquello que da cohesión y sentido al sistema.
- Con la inteligencia activa, que representa la visión global del sistema y se relaciona con la filosofía.
- Con la armonía, que se da a través del conflicto en fases iniciales, y luego a través de la complementariedad, y que representa todo lo que es el arte en las actividades humanas.
- Con la expresión del conocimiento concreto, relacionado específicamente con la ciencia. Cómo podemos revelar la totalidad en cada uno de esos aspectos o partes.
- Con la religión, entendida como la conectividad, como la conexión con ese sentido del creador, con ese dios del amor que nos representa a todos.
- Con la economía, como la posibilidad de plasmar, de cristalizar y de exteriorizar.
Regresar a nosotros, reinventarnos, es recrearnos interiormente y renovar esa gran corriente de la naturaleza que en nosotros vive.
La propuesta es la de recrearnos desde estos 7 ríos de conciencia para dinamizar los chakras o centros de energía, que funcionan como cerebros periféricos.
Primero en el campo de la política, restaurar las leyes del reino interno, que gobiernan el plan de nuestra unidad y mantienen la salud o armonía de la integridad. ¿Somos gobernantes de nuestra vida? ¿Tenemos las manos en el timón? El primer rayo representa el propósito o la voluntad en nuestra vida.
En segundo lugar, restaurar nuestra educación. Educar para la autogestión, para los valores, para lo que es esencial. Educar para que cada quien encuentre su vocación, dando su propia nota. Una educación para la vida, y no la preparación de engranajes automatizados al servicio de la maquinaria productiva.
En tercer lugar, el rayo de la inteligencia activa, relacionado con nuestras visiones y concepciones del mundo, que ahora es necesario actualizar. Cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos es necesario para cambiar nuestra postura como observadores, proceso necesario para ver un mundo diferente.
En cuarto lugar, restaurar la armonía. Mientras hacemos aquello que vinimos a hacer, vivir con propósito, aprender, concebirnos y concebir el mundo de otra manera, irradiamos alegría y convertimos la vida no en una lucha permanente entre opuestos que nos estresan, sino en la armonía de la complementariedad entre la sombra y la luz, entre el día y la noche, entre el espíritu y la materia, entre la personalidad y el alma.
Quinto, en el campo de la ciencia que constituye el quinto rayo, reinventar los métodos de la ciencia que en esta crisis nos lleven a compartir la investigación para el servicio de todos. Es una ciencia con conciencia, al servicio de la naturaleza y de la humanidad.
Sexto, en el campo de la religión, la práctica de la fraternidad y la tolerancia, en la que la aceptación de la diversidad nos conduce a esa unidad fundamentada en el amor.
Por último, el séptimo capítulo de la actividad humana concierne a la construcción de una nueva cultura de relaciones humanas y entre el hombre y a naturaleza. ¿Cómo podemos plasmar las nuevas formas de la vida? ¿Cómo podemos darles un cuerpo para la expresión? ¿Cómo podemos crear las nuevas instituciones en cada uno de esos niveles y plasmar una nueva economía de la vida y que se dirija hacia el bien común?
Así, a través de esos 7 canales, revelamos el colorido de expresiones de la luz que somos, como un arco iris que simboliza la alianza entre el cielo y la tierra. Ese puente arco iris de la luz representa la manifestación de la diversidad en la unidad.