Unalma

Chakras, energía y salud

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Los chakras o centros de energía

(Extracto del Libro “Un arte de curar” de Jorge Carvajal P.)

 

Chakras y energía vital

Chakras, centros de energía etérica que no vemos, que no tocamos, que ni siquiera hemos podido fotografiar con las más sofisticadas tecnologías, son el aspecto más importante en la estructura energética humana. Así como en el espacio sideral existen agujeros negros que no podemos ver pero reconocemos por la fantástica atracción que ejercen sobre la luz y la materia, estos centros de energía situados en el cuerpo etérico pueden ser reconocidos por su influencia real y permanente sobre toda la energía en nuestro cuerpo. Por los chakras fluye la tristeza al corazón, la fuerza hasta los músculos, el fuego a la mirada. Sin un torbellino de energía que canalice el amor hasta las glándulas, no sería posible que un hombre y una mujer se fundieran en esa inmensa explosión de energía que hace posible un nuevo universo en cada hijo. En uno de esos torbellinos puede haberse quedado represada la fuerza colosal de las emociones contenidas, que tal vez mañana exploten en el núcleo de células con cáncer. Un chakra canaliza las corrientes de energía creadas por los hábitos de vida. Allí quedan inscritos, en un lenguaje vibratorio, vacíos existenciales y plenitudes, posesiones y desprendimientos, aspiraciones, odio, amor o inspiración.

Un centro de energía puede ahora mismo ser la compuerta que regula el que nuestros ojos lean o nuestro corazón se exalte, lo que envía la energía a nuestro cerebro para que despierte la memoria, la compuerta que se cierra cuando tenemos sueño para que nuestro cuerpo puede descansar y otros cuerpos emprendan su jornada. Hasta el motivo profundo de vivir corre por nuestro cuerpo de energía impulsado por un centro que nos conecta a la corriente de la energía cósmica.

Los siete centros mayores

Los chakras principales son siete grandes vórtices o torbellinos de energía situados sobre la línea media del cuerpo, a unos cuantos centímetros de la columna vertebral, descritos corno discos o ruedas (el término sánscrito chakra significa “rueda”). Giran a distintas velocidades y tienen diferente brillo, según su grado de actividad.

Estos centros pueden describirse como embudos conectados a un canal que corre a lo largo de la columna vertebral, compuesto por tres grandes corrientes de energía, una central y dos laterales que ascienden en una doble espiral.
Los hindúes han descrito estas centros de energía, simbólicamente, como flores de loto con su raiz dirigida hacia el centro de la columna y sus pétalos en diferente grado de apertura. En el centro de cada loto se encuentra un punto radiante de energía que representa la máxima pureza y vibración del chakra correspondiente, conocido en la literatura hindú como la joya en el loto. También el alma ha sido comparada con un loto de doce pétalos con un radiante centro de luz a través del cual dos corrientes de energía, conocidas como el hilo de la conciencia y el hilo de la vida, se conectan con los centros de la cabeza y el corazón, irradiando vida e inteligencia a la corriente central de energía.

Siguiendo la misma dirección de ese canal central, los chinos describieron sobre la superficie del cuerpo dos grandes trayectos de energía que corresponden a dos nadis mayores. Forman un circuito cerrado que reúne la línea media anterior y posterior del cuerpo con la gran corriente central de la energía, y a la vez recoge todas las energías de los nadis y meridianos periféricos**. El nombre chino del canal anterior traduce “vaso de la concepción” y “vaso gobernador” el del posterior, dándonos una idea de la importancia de este circuito en la circulación global de la energía en el organismo humano.

Cada chakra o loto tiene un número de petalos determinado que va en aumento en dirección cefálica, lo cual está relacionado con el grado de vibración o frecuencia rítmica del centro en condiciones de óptimo desarrollo. A pesar de que como unidades energéticas todos los centros están presentes en un individuo, su grado de actividad difiere mucho en una persona y entre diversos individuos, indicando el grado relativo de desarrollo de los diferentes aspectos de su conciencia. Para Leadbeather, un chakra mayor tiene un diámetro aproximado de cinco centímetros en la fase inicial de desarrollo. Este diámetro crece a medida que el loto se despliega, en correspondencia con el aumento de la circulación de la energía a su nivel.

De los siete centros mayores, cuatro se localizan detrás de la columna vertebral, uno se sitúa por delante de la frente y los dos restantes – el primero y el séptimo – se hallan el primero en la base de la columna vertebral, a pocos centímetros del coxis, y el séptimo sobre la cabeza. Los siete chakras están separados entre sí por cinco zonas de refuerzo de la trama etérica, especies de velos que protegen un chakra superior de un ascenso súbito y desordenado de la energía proveniente de los centros inferiores, como puede ocurrir acidentalmente en los raros casos en que la energía de Kundalini** asciende prematuramente.

En Oriente, los chakras se denomina con un nombre sánscrito. En Occidente, los nombramos por medio de un número que corresponde a una locaclización anatómica, o con el nombre de la glándula o plexo nervioso al que se asocian. Podemos así decir que el quinto centro, Vishudda – su nombre sánscrito -,  es el centro que correspondeal centro tiroideo (por la glándula relacionada con él) o centro laríngeo (por el plexo nervioso laríngeo que le corresponde).

 

La nomenclatura de los centros y sus equivalencias según su localización es la siguiente:

  • Base de la columna vertebral. Primer centro. Muladhara. Centro suprarrenal. Centro coccígeo.
  • Sacro. segundo centro. Svadishthana. Centro de las gónadas (ovarios, testículos). Centro sacro.
  • Columna dorsolumbar. Tercer centro. Manipura. Centro pancreático. Centro del plexo solar.
  • Columna dorsal, entre los omoplatos. Cuarto centro. Anahata. Centro cardíaco. Corresponde al corazón y al plexo cardíaco, aunque su glándula asociada es el timo, en el que también se sitúa un chakra o centro secundario.
  • Columna cervical. Quinto centro. Vishuddha. Centro tiroideo. Centro laríngeo.
  • Región frontal. Sexto centro. Ajna. Centro hipofisiario. Centro interciliar.
  • Región coronal. Séptimo centro. Sahasrara. Centro epifisiario. También conocido como loto de los mil pétalos.

 

** Meridianos: Según la medicina tradicional china los meridianos son canales para la circulación del chi o energía vital.

*** Kundalini ha sido definido como el fuego del espíritu latente en la materia, que, en la tradición tibetana, asciende como una serpiente de fuego por el triple canal central de la columna y produce la iluminación. Dentro de esta misma tradición, este sendero de ascenso, conocido como el de la transmutación, no puede emprenderse sin riesgo hasta después de haber recorrido el sendero de la transformación, en el que el espíritu desciende hasta la materia: la personalidad. Para ellos se proponen los pasos del yoga, antes que la personalidad pueda ascender al alma.

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