La meditación: un proceso de unificación
En esta breve ilustración, Jorge Carvajal describe con una sencilla analogía, como al meditar se sale de un rango de frecuencias específico. Es como sintonizar todas las emisiones al mismo tiempo, pero no escuchar el ruido de la combinación de las distintas frecuencias, sino comprender el sentido profundo de aquello que representa cada rango de frecuencias.
En la meditación, podemos acceder desde la superficie, en el oleaje (lo que llamamos la conciencia consciente), y profundizar hacia una banda más amplia y profunda, lo que denominamos la conciencia inconsciente. A través de ella podemos ser conscientes del inconsciente, de la profundidad de nuestro océano interior, del sentido de nuestra evolución y experimentar un sentimiento de unidad con todo aquello que nos rodea.
Retomando la analogía, la meditación expande la banda de frecuencias. No es solo una sola palabra… es un texto completo, un libro, una biblioteca. Es la oportunidad de acceder a una instancia de sabiduría, de conocimiento total (intelectual, vivencial, emocional, intuitivo…).
La meditación nos permite acceder a niveles de consciencia que incluyen e integran el inconsciente personal y transpersonal. Es un instrumento para alcanzar estados ampliados de consciencia que incluyen el intelecto y el amor y su ascenso al nivel superior de la intuición.
A través de ella tenemos una visión, no externa sino vivencial, íntima, de la ecología de la vida de la cual participamos. Ese es el sentido profundo de la meditación que nos lleva a realizar la unidad, porque nos completamos, nos convertimos en el universo que realmente somos, adentro.