Unalma

Una nueva cultura de relaciones humanas

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Una nueva cultura de relaciones humanas – Por Jorge Carvajal.

En una nueva cultura de relaciones humanas, Jorge Carvajal nos propone que todo cuanto existe es un patrón de relaciones. Este patrón de mundos entretejidos establece una continuidad indivisible entre el átomo, el ser humano y las galaxias.

Hacia una nueva cultura de relaciones humanas - Jorge Carvajal

El universo, el hombre, todo cuanto existe, existe en relación. Vivimos en nuestras relaciones humanas. Estas tienen la connotación de una inteligencia profunda que es propia de la humanidad, donde emerge la conciencia de la conciencia.

Se desarrolla el ascenso de la conciencia como tejido relacional que se va integrando en un patrón de ordenamiento. Cómo se pasa de la extensión a la organización y la cualidad. De un universo extenso a uno profundo ordenado e intenso en nuestra humanidad.

Vivimos en la red de redes de nuestras relaciones humanas, que trascienden el contacto físico. Estas relaciones implican un entrelazamiento no local de todas nuestras expresiones emocionales, mentales y sociales. El de las relaciones humanas es como el campo cuántico un mundo de infinitas posibilidades. En esa red de redes cada uno de nosotros somos un punto nodal pero, como en el campo cuántico, cada punto está unido no localmente a todos los demás. El desplazamiento de un solo punto, implica el de toda la red, y el ascenso de la conciencia por la escalera evolutiva de la naturaleza confluyen en la conciencia reflexiva, la conciencia humana por excelencia.

Esta conciencia incluye el diseño de una inteligencia profunda que incorpora todos los niveles conciencia precedentes. Reactividad, sensibilidad, instinto, características de los tres primeros reinos de la naturaleza, ascienden a la humanidad, allí donde emergen la reflexividad y la creatividad.

Hemos sido catalizadores de procesos que se relacionan con la destrucción de las especies. ¿Cómo podemos ahora restaurar la red que nos une al universo?  La estrategia propuesta es que, mejorando nuestras relaciones con nosotros, podamos descubrir adentro los valores esenciales de ser.

Vivimos en nuestras relaciones como vivimos en nuestro cuerpo. Ellas determinan nuestra salud energética, emocional, personal y social y, con ello la calidad de nuestra vida. La personalidad que así conformamos en el proceso de alineación y ascenso, es como la partícula y el alma es como la onda. El cuarto reino, el humano, elabora una síntesis de los reinos precedentes para ascender al quinto reino. Teniendo en cuenta el ascenso de la conciencia, que se convierte en el campo unificado de la naturaleza en el hombre, podemos ahora generar un cambio de conciencia para emerger a un nuevo patrón de relaciones humanas, uno que responda a la necesidad actual de la humanidad y de todas las formas de vida en la tierra.

Este nuevo marco de relaciones de la naturaleza humana con toda la naturaleza nos incita al cultivo consciente de los tres grandes valores del ser: la paz, el amor y la libertad.

La paz, es nuestro punto de partida, la fuerza serena del ser que somos. El amor es la fuerza magnética que hace del ser una cascada de renovación permanente. El amor nos conduce a la libertad, y la evolución misma es un canto a la libertad.

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