Cuando un ser querido parte: cómo afrontar la pérdida – Por Jorge Carvajal.
En este video Jorge Carvajal nos sugiere que, para vivir el duelo la pregunta no sea tanto sobre aquello que perdimos, sino lo bueno, lo bello y lo verdadero que nos ha quedado de ellos. Y que podamos ofrecer lo mejor de nosotros floreciendo para ellos.
En la experiencia de la vida a veces nos identificamos con lo que no somos, pero esto se queda en las orillas y la corriente nos arrastra, nos va llevando. Y podemos sufrir, o nos podemos dejar arrastrar, fluir, podemos rendirnos y comprender que la experiencia de la muerte es la misma experiencia de la vida. Que morir es renacer.
Un proyecto que continúa…
Aquellos que “partieron” siguen estando vivos. Están vivos en nuestro corazón, en nuestro genoma, en nuestras células. Sus anhelos no se han muerto, ni sus fracasos ni sus frustraciones, ni sus dolores; continúan vivos en nosotros.
Estamos vivos. Están vivos y dentro de nosotros su proyecto de vida sigue siendo un proyecto que continúa y que se proyecta hacia el futuro.
No se han perdido, no se han ido, porque son una parte de nosotros.
La vida tiene sentido. Tiene sentido el nacimiento y tiene sentido la muerte, pero muerte y nacimiento no están separados de la vida.
Podemos ser felices para ellos, podemos florecer para ellos, y sentir que no los perdimos.
No se trata de pensar en lo que se perdió. ¿Un cuerpo? Pero no somos nuestro cuerpo. No solo somos nuestras emociones. Nuestras relaciones continúan en el alma.
“Hoy siento no lo que perdí, sino lo bello, lo bueno, lo verdadero que me quedó de ti”.
No vamos a convertir la tristeza en sufrimiento. No vamos a perdernos el dolor y vamos a revelar el amor preguntándonos qué nos quedó de ellos: queda lo bello, la sonrisa, los enojos, las contradicciones, su sombra y su luz…
Queda lo verdadero, lo bello, lo bueno. Todo resumido en el amor. De ellos nos queda lo mejor, y lo mejor es el amor que hoy puede florecer en nosotros. Tal vez se han ido de su cuerpo físico, pero no se han ido de nuestras emociones, de nuestros pensamientos y nunca se irán de nuestros corazones.
La mayor seguridad que nos queda es que algún día nos vamos a encontrar.