Unalma

El sentido de la vida – Jorge Carvajal

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El sentido de la vida – Jorge Carvajal

En esta reflexión sobre el sentido de la vida, el Dr. Jorge Carvajal nos invita a visualizar cada punto de partida y de llegada, cada meta, y cómo ambos hacen parte del proceso. Cómo es que cada paso que damos es una meta y es también un punto de partida.

La vida es un viaje, hacemos camino al andar

El sentido de la vida - Jorge Carvajal

El sentido de la vida – Jorge Carvajal

Es normal confundirse en el camino de la vida al caminarlo siempre en una misma dirección, como si no hubiera regreso posible. Vamos siempre en expansión y no asumimos la contracción. Pretendemos un ascenso indefinido y no tenemos en cuenta el descenso. No reconocemos que esta vida tiene ritmos, tiene pausas. Es una onda ondeante, una oscilación rítmica.

Pasado y futuro en presente

En presente restauramos el ritmo, asumimos la pausa, y reconocemos que cada paso es en sí un punto de partida y un punto de llegada. Así disfrutamos la danza de una vida rítmica, en la que el pasado (punto de partida) y el futuro (punto de llegada) confluyen en la sincronicidad de un presente vivo. En ese espacio tiempo del ahora y aquí se manifiesta la presencia, el ser que de verdad somos.

Más importante que la meta o el punto de partida es la vivencia consciente e intensa del proceso. La vida es decisiva, en cada paso, y sobre todo en el primero somos libres de elegir nuestra dirección en el sendero. Al descubrir el pasado y el futuro sincronizados en presente, encontramos el sentido de un tiempo interior en el que podemos ser plenamente conscientes.

Recorrer el Sendero

En esta búsqueda del sentido de vida, el Dr. Jorge Carvajal nos invita a preguntarnos dónde estamos. No solo en relación con el lugar, sino en relación con nuestro tiempo interno. ¿Dónde está nuestro ser? Si no estamos ahora aquí en este espacio tiempo intenso del ser, perdemos la conciencia y nos perdemos.

Encontrarnos y dar sentido a la vida desde adentro, es reconocer que vivir es caminar: el pasado se desplaza hacia el futuro, y el futuro se convierte en pasado, pero toda esa magia está ocurriendo en torno de un eje que es el presente, la presencia, la conciencia de ser en cada estar, de proyectar lo mejor de nuestro ser a nuestro hacer.

Sincronicidad

El sendero de la vida es ir y venir, es un rítmico devenir en torno a la conciencia del presente. ¿Y si nosotros pudiéramos reconocer así que eso que llamamos el destino ya está dentro de nosotros? ¿Si pudiéramos saber que esto que llamamos el pasado no ha pasado si no hemos liberado su lección? ¿Y si pudiéramos reconocer que pasado y futuro no están separados y conforman ese sentido de la vida que nace del presente?

Estamos atrapados en la “causalidad lineal”. Vivimos la vida como si fuera una flecha que apunta en dirección del pasado al futuro, pero no reconocemos que hay alguien en nosotros que va y regresa: es ese el arquitecto de nuestro destino.

La evolución no es lineal

Quien va de ida, regresa un día a su punto de partida. Si no da vueltas en redondo, si no cae en la rutina, asimila las lecciones de la propia experiencia, y cuando regresa ya no será el mismo. En la espiral de la vida habrá ascendido a un nivel superior de la conciencia.

En el aspecto inferior que corresponde a la vibración más lenta (la vibración física), los procesos son más largos y prolongados. En la medida en que aumentamos la frecuencia, ascendiendo al nivel de las emociones y la mente van disminuyendo las longitudes de onda; los tiempos se hacen más cortos, los espacios más pequeños y profundos. Hasta que un día la espiral confluye en la singularidad de un nivel espiritual. Un punto de luz, un punto de amor, el lugar de la mayor densidad informacional.

Podemos cambiar el pasado

Lo que ocurrió ya sucedió, pero desde el punto de vista de la conciencia lo importante del pasado es su significado. Esto quiere decir que cada uno de nosotros, en este momento, conscientemente, puede desde el sentido de su vida dar otro sentido a lo ocurrido en el pasado, liberar la lección y cambiar su significado.

Para finalizar esta reflexión sobre el sentido de la vida, Jorge Carvajal nos invita a preguntarnos: Qué tal si nosotros no tuviéramos que volver al interior porque ya estuviéramos en nosotros? Y si no fuera necesario regresar al pasado porque el pasado es presente vivo en nosotros y ha liberado sus lecciones? Y si no fuera necesario hacer un viaje tan largo hacia el futuro porque ya el futuro, el sentido de la vida, lo tenemos incorporado en nosotros y así pudiéramos vivir la magia de la sincronicidad, la magia del presente profundo?

El tiempo no se mueve afuera. El tiempo es el movimiento de nuestra conciencia.

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