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El oído y el sonido en la terapéutica

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El oído y el sonido en la terapéutica – Por Jorge Carvajal.

En el oído y el sonido en la terapéutica, Jorge Carvajal nos comparte algunas reflexiones sobre la evolución del sistema auditivo y su implicación en el desarrollo del cerebro y nuestro proceso de humanización.

El oído y el sonido en la terapéutica - Jorge Carvajal

¿Qué relación tiene el oído con el desarrollo del sistema nervioso central?

¿Oímos solamente con los oídos? ¿O escuchamos con todos los sentidos?

Cuando observamos el procesamiento del sonido, en primera instancia encontramos las vibraciones de baja frecuencia (entre 0 y 100 ciclos por segundo) procesadas por el sistema vestibular. En el sistema coclear, alojado en el caracol óseo captamos y conducimos el espectro de fecuencias que corresponden a la banda del lenguaje humano. (entre unos 500 y 12.000 hercios aproximadamente).

El desarrollo del sistema vestibular y del sistema auditivo está íntimamente ligado con el tallo cerebral y el cerebelo (especialmente el sistema del equilibrio). De igual manera, la cóclea, el caracol membranoso y las aferencias del nervio auditivo están ligados y se conectan con el tálamo, que constituye el primer relevo y procesamiento de las aferencias sensoriales.

El oído es el primero de los órganos de los sentidos en desarrollarse. Nos nutrimos del sonido, de frecuencias agudas que estimulan el oído interno y el tálamo. Metafóricamente podríamos decir que el cerebro es una proyección, una expansión del sonido.

Nuestra audición está relacionada con las imágenes que tenemos del mundo, con nuestra manera de sentir, de tocar el mundo. La corteza temporal primaria, la corteza auditiva es un núcleo esencial. Un punto nodal de correlaciones entre lo que es el mundo sensorial y lo que constituye nuestro mundo interno, el mundo de los sentimientos. Esto establece la importancia de la música del lenguaje, de la entonación, de la pausa, que tiene un valor de comunicación mayor que la estructura misma o semántica del lenguaje

Una atenta investigación de la sensibilidad  del oído externo o pabellón auricular,  y de su potencial para captar y conducir estímulos terapéuticos, llevó al padre de la auriculoterapia, el Dr. Paul Nogier a concebirlo como un radar. Este instrumento de la oreja, por su densa inervación e irrigación, establece conexiones precisas y privilegiadas con la formación reticular del tallo cerebral y el tálamo. Estas explican a su vez las correspondencias entre las representaciones auriculares y el resto del organismo.

La primeras representaciones encontradas llevaron a Nogier a describir un primer mapa reflejo: el de la imagen fetal inscrita en el pabellón auricular. Esta imagen y la exactitud de sus distintas proyecciones en la oreja, constituye la puerta de entrada a la comunicación entre el cerebro, el tallo cerebral, la formación reticular y la periferia del cuerpo. Décadas de investigación clínica nos llevaron a concebir las distintas cartografías o mapas reflejos, incluida la de la oreja, como representaciones periféricas del sistema nervioso central. El desarrollo de distintos tipos de estímulos y sus resultados clínicos nos permiten hoy afirmar que las somatotopía o mapas reflejos como las de pies, manos, ojos, orejas y nariz, son también mapas dinámicos de resonancia frecuencial.

El pabellón auricular “escucha” al cerebro, y por su mediación a todo el cuerpo, es una especie de estación de relevo de la formación reticular y de su comunicación con el cerebro y el sistema nervioso periférico. Es por esto que desde el pabellón auricular podemos incidir, con estímulos muy específicos, sobre procesos tan complejos como el dolor, la fatiga, el  aprendizaje, la memoria, la lateralidad, etc.

Más allá del oído externo, cuando consideramos el ordenador auditivo propiamente dicho, encontramos con Alfred Tomatís, el padre de la audiopsicofonología, un registro especializado llamado el test de escucha. Este puede darnos indicaciones sobre nuestro perfil psicológico. Desarrollado a través de  un dispositivo denominado la oreja electrónica, el test de escucha nos da una información valiosa sobre los rangos de frecuencia en los que escuchamos, que son los mismos que contiene nuestro lenguaje. Un adecuado entrenamiento permite restaurar la armonía de la escucha y el lenguaje, lo que tiene un efecto sobre nuestros patrones de relación con nosotros y con el mundo y por ende sobre nuestra salud global.

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