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Un nuevo arte de curar

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Un nuevo arte de curar – Por Jorge Carvajal.

Un nuevo arte de curar es una reflexión de Jorge Carvajal sobre la progresiva y necesaria emergencia de una medicina de síntesis, que ha de responder a los grandes retos de los sistemas de salud en el mundo.

Un nuevo arte de curar - Jorge Carvajal

La medicina de hoy requiere una aproximación integral, que sea al mismo tiempo más científica y más humana, más global y más personalizada. Necesitamos todos la integración de la moderna ciencia de curar y el antiguo arte de sanar, en un modelo sistémico, en el que la biología molecular se complemente con la emergente ciencia del biocampo.

La bioenergética, la biocibernética, las ciencias de la conciencia, las cosmovisiones de los grandes sistemas médicos tradicionales, como la acupuntura y el ayurveda, no son paradigmas excluyentes. A la luz de la biofísica moderna y el enorme desarrollo integrativo en el seno de la medicina occidental, podemos hoy avizorar el horizonte de la síntesis.

Psiconeuroinmunología, neurocardiología, epigenética, unidas a revolucionaras tecnologías como la magnetoencefalografía funcional y la tomografía de emisión de positrones, nos permiten hoy dar fundamentación científica a la integración clínica operativa de diferentes modelos de salud. Ni medicinas alternativas, ni complementarias; este paradigma incluyente reconoce en la diversidad de sistemas médicos, diferentes dimensiones de un solo tejido, cuyos hilos conductores son la información y la conciencia. Tal es la propuesta de la sintergética, que realiza la integración los distintos espacios terapéuticos en términos de la comunicación ente materia, energía, información y conciencia.

Aplicando la concepción sistémica del holón y su relación con la conciencia, la sintergética propone que todos son espacios de conciencia, lo cual nos lleva a utilizar lo mejor de los sistemas médicos en un modelo de aplicación sinérgica. Así se dan las bases para construir un nuevo arte de curar.

Un ejemplo de enfoques globales, que apuntan hacia esta gran integración, son las recientes propuestas de la psicología emergente, en las que pensamiento, sentimiento y movimiento se sincronizan en técnicas sencillas dirigidas a la liberación emocional y la autogestión de la salud. En este tipo de aplicación encontramos una integración práctica de conocimientos propios de la acupuntura, la neurocardiología, la red mente cuerpo, la bioplasticidad, la epigenética y la psicología.

Hoy podemos concebir en el organismo humano la unidad integrada de una inteligencia profunda, conformada por capas de membranas o interfaces, que abarcan la célula, las fascias, las meninges, la piel y las diferentes capas de resonancia del biocampo. A su vez, esta gran red entretejida desde los niveles más densos a los más sutiles, permite la ampliación de un marco terapéutico en el que, además de los estímulos bioquímicos, surge el empleo de terapias vibracionales sutiles como la cromoterapia, la sonoterapia, las reflexoterapias, las esencias florales, y distintas modalidades de terapias electromagnéticas. A su vez la gran sensibilidad de esta red de redes de comunicación, explica la efectividad de técnicas sencillas dirigidas a la autogestión de la salud.

Es función del médico o terapeuta ir más allá del intervencionismo, catalizar el proceso por el cual el paciente o usuario aprenda a utilizar adecuadamente su instrumento.

Podemos llamar a la medicina emergente medicina sistémica, medicina de síntesis, medicina integral o sintergética. Una medicina donde el sujeto, el individuo, único e irrepetible ocupa su lugar y se transforma. El microcosmos refleja el macrocosmos. El ser humano es un universo y todo cuanto existe es conciencia. Conciencia que se precipita a través de la información, y la energía, para condensarse en la materia del cuerpo. La vida, sistémicamente concebida, es un patrón de organización de información, coherente y dinámico, que se precipita en la estructura dinámica del cuerpo. Esta interacción da lugar a un proceso de aprendizaje. Vivir es aprender y el Aprendiz, el habitante interior, quien aprende, es el observador. El alma.

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