Economía de la atención
En un mundo lleno de estímulos y distractores, muchas veces propiciados por el uso de la tecnología, no podemos olvidar que ésta es una herramienta y que, como tal, no es la causa de la distracción, salvo cuando le damos ese uso. Nadie puede prestar atención por nosotros; el compromiso, que implica la capacidad de centrarnos aquí y ahora, es personal e intransferible.