Cómo aprender las lecciones del temor

El Temor moviliza o paraliza. Genera explosiones, implosiones, emergencias. Mueve cantidades ingentes de energía destinadas a preservar la vida. Nos saca del modo habitual de flujo suave y lento de energía, lanzándonos en ocasiones a la psicofisiología extrema del ataque o de la huida. Con sus mil caras, el temor asume la forma de acorazamiento o estampida, de ira liberada o reprimida, de parálisis por exceso de control o de actividad irreflexiva.

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El pánico: una visión sintergética

Muchos son los tipos, grados y modalidades del temor, ligadas a los síntomas y los traumas que los originan. Asumimos que, como estrategia adaptativa, el miedo puede ser una forma de aprendizaje emocional esencial para la vida. La conquista de la seguridad, la confianza, que son aprendizajes ligados a la experiencia del temor, puede ser obstaculizada muy especialmente por los sistemas de creencias que no corresponden a la realidad de nuestro ser.