Cómo aprender las lecciones del temor

El Temor moviliza o paraliza. Genera explosiones, implosiones, emergencias. Mueve cantidades ingentes de energía destinadas a preservar la vida. Nos saca del modo habitual de flujo suave y lento de energía, lanzándonos en ocasiones a la psicofisiología extrema del ataque o de la huida. Con sus mil caras, el temor asume la forma de acorazamiento o estampida, de ira liberada o reprimida, de parálisis por exceso de control o de actividad irreflexiva.