Poner límites desde el centro
Cuando en el círculo de tus relaciones renuncias a tu propio centro, se disuelven tu identidad y la dignidad de ser quien eres y el círculo deja de tener existencia real.
Subtotal: USD $ 0
Cuando en el círculo de tus relaciones renuncias a tu propio centro, se disuelven tu identidad y la dignidad de ser quien eres y el círculo deja de tener existencia real.
El camino a la sabiduría implica un proceso de aprendizaje o de cambio permanente. Es imposible transitarlos si previamente no existe la conciencia de la necesidad de cambiar, o de salir del nivel de la ignorancia. Por eso concebimos que el principal obstáculo para el cambio hacia una dimensión espiritual consciente de la vida es la resistencia al cambio que se da cuando ignoramos que ignoramos.
¿Sientes que no te alcanza el tiempo? ¿Que no tienes tiempo para recuperar el tiempo perdido y ni siquiera para estar a tiempo? ¿Sientes que dedicas mucho tiempo a los otros y a todo lo otro y no tienes tiempo para ti?
El tiempo de tu pareja, el de tus hijos, el de tu meditación, el de tus vacaciones y tu trabajo no es un tiempo ajeno. Es tu tiempo. Come cuando comes, trabaja cuando trabajas, duerme cuando duermes, sincroniza tu actividad con tu presencia consciente en el tiempo. No te pierdas este momento que te pierdes la vida.
El Temor moviliza o paraliza. Genera explosiones, implosiones, emergencias. Mueve cantidades ingentes de energía destinadas a preservar la vida. Nos saca del modo habitual de flujo suave y lento de energía, lanzándonos en ocasiones a la psicofisiología extrema del ataque o de la huida. Con sus mil caras, el temor asume la forma de acorazamiento o estampida, de ira liberada o reprimida, de parálisis por exceso de control o de actividad irreflexiva.
Las tres confusiones, que te impiden vivir una vida auténtica, invierten el sentido de tu vida: En lugar de consagrar, el cuerpo, el placer y el poder a la vida, terminas dedicando la vida al cuerpo, al placer y al poder.
Pasa el tiempo, pasa este cuerpo… este dolor, este éxito, este fracaso también pasan. La impermanencia es nuestra condición. Todo es un punto de partida hacia otro punto que no será el final, porque siempre será un nuevo punto de partida en un proceso que nunca termina. Es la eternidad de los procesos, inmersa en la mutabilidad de los finales y comienzos.
Vivir es aprender a sembrar nuestros talentos: Retirar las malezas, seleccionar las mejores semillas, arar la tierra, conocer el momento oportuno para la siembra, saber esperar la germinación y proteger nuestra propia vida tierna y vulnerable cuando va emergiendo.
El qué, el porqué y el para qué de todo lo que está ocurriendo tiene respuestas hoy tan parciales y controvertibles que seguro pasará mucho tiempo antes de llegar a conclusiones coherentes. Pero aún nos queda a todos la mejor opción: elegir vivir esta crisis con la actitud de aprendices, una forma de afrontarla que implica consciencia y responsabilidad.
Las grandes crisis son la mejor oportunidad para encontrarte con el alma.
La maestría es la nota superior del proceso de aprendizaje y es, mucho más que la suma de conocimientos, la sabiduría singular que en la vida cada quien vino a desarrollar. La maestría es un estado de aprendizaje continuo, un modo original de ser y estar en el mundo, que implica la frescura de la renovación permanente. La sabiduría implica el reconocimiento de que, en la medida en que aprendemos, más sabemos de lo muy poco que sabemos.