Unalma

Para sanar nuestra humanidad

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Para sanar nuestra humanidad – Por Jorge Carvajal.

En “Para sanar nuestra humanidad”, Jorge Carvajal hace una reflexión y meditación guiada donde propone doce métodos para sanar en nuestra propia humanidad la humanidad de todos.

Para sanar nuestra humanidad - Reflexión y meditación guiada con Jorge Carvajal

¿Podríamos sanar la humanidad en nosotros? ¿Y a través de esa sanación, sanar la tierra de la que hacemos parte?

En los millones de años de la cadena de la evolución de la vida en la tierra, el hombre ocupa los últimos segundos, pero esos segundos han sido muy intensos y han generado cambios profundos en la tierra.

El ser humano es muy creativo, es un creador. Participa del proceso de la creación y su aparición aceleró la espiral de la evolución; a través del hombre la naturaleza ha alcanzado niveles superiores de la conciencia.

Sanar al hombre es acudir a su creatividad, a su reflexividad, acudir a su conciencia, para que esa conciencia creativa vaya en la dirección correcta: la de la naturaleza, la de su propia naturaleza.

Sanar el ser humano es liberar su humanidad, nacer a esa humanidad que va más allá de la biología. Somos más que el animal que va ascendiendo, porque hemos trascendido nuestra biología y nos convertimos en nuestra biografía.

La humanidad ha acelerado el proceso de la evolución en la tierra, que está en un punto crucial de su desarrollo: su interdependencia, no solo de sus relaciones humanas, relaciones entre culturas, civilizaciones y países, sino sobre todo de sus relaciones con la naturaleza. Y por otro lado, su libertad, que hace parte de nuestra humanidad, pero que está íntimamente ligada con la creatividad que nos hace libres.

¿Cómo ligamos interdependencia con la libertad?

Independencia no necesariamente es igual a libertad. No somos más libres cuando somos más independientes. Lo somos cuando somos más inter-dependientes, porque somos responsables. Este es un mundo de conectividad, de correspondencia. Damos al mundo nuestra parte, nuestra nota, nos completamos en el mundo, completamos la naturaleza de la que hacemos parte. Sin nosotros la naturaleza estaría incompleta, y de esta manera restauramos la unidad, restauramos la integridad.

Entendido de esta manera, vemos que la salud no es la salud de la parte, es la salud del conjunto. La salud es integridad, es resonancia armónica. Es un lenguaje comprensivo que se da entre todos los componentes de un sistema.

Claves para sanar nuestra humanidad

  1. Restaurar esa condición que nos hace específicamente humanos: la responsabilidad. Somos responsables en la medida que somos conscientes del papel que podemos jugar en el concierto de la naturaleza.
  2. La inclusividad: nuestra capacidad de incluir el mundo dentro de nosotros. No un mundo exterior, sino la imagen que construimos del mundo en nuestro interior. La imagen que tenemos del mundo está determinando la calidad de nuestras relaciones con el mundo. Incluirnos en el mundo, incluir el mundo en nosotros, participar.
  3. La participatividad: nuestra participación en el mundo es lo más importante, nuestro compromiso para ir más allá, dar nuestra nota en la corriente de la vida.
  4. Volver a reflexionar, volver a llevar la luz a nuestro interior. Generar un viaje hacia nosotros para restaurar la conciencia de nosotros mismos, la autoconciencia. Para volvernos a conocer, para re-conocernos y abrazarnos desde adentro.
  5. En ese encuentro, desde adentro, poder acceder a quinta propuesta para sanar la humanidad: la paz incondicional de la serenidad, del fondo del ser. Al apaciguar todo lo externo, así podemos construir desde adentro esa paz que todos necesitamos y germinar al amor.
  6. La sexta propuesta es proyectar esa serenidad para construir la paz en nuestras relaciones humanas.
  7. La séptima propuesta es el desapego: emplear toda la energía que no hemos usado correctamente, y enfocarla para liberar nuestro potencial. Soltar.
  8. El sentido de los valores auténticos. No los valores estéticos o los valores del tener, sino los valores del ser, los valores esenciales: la paz, el amor y la libertad.
  9. La impersonalidad: Cuando la personalidad se integra, desaparece el ego, que se convierte en un instrumento del alma.
  10. La intuición: vamos más allá de nuestro intelecto, de la memoria, del aprendizaje. Ya no vemos pedacitos, porciones. Vemos totalidades, intuimos. Allí todos los reinos encuentran el alma de la creación.
  11. La sabiduría: no son solo conocimientos. Tiene que ver con la experiencia, con la vida, con la capacidad de saborear la vida. Tiene que ver más con actitud que con las aptitudes. Con la comprensión de que la materia es espiritual y vibra con toda la creación.
  12. La verdadera libertad: el maravilloso fruto de la vida y la evolución. Una libertad con responsabilidad y cuya materia prima es el amor.

El ser humano es la bella síntesis emergente que se proyecta al alma. En el ser humano hay una corriente ascendente: la corriente de la evolución, y una corriente descendiente: la corriente del espíritu que desciende a la materia (cuando esta permite la resonancia con los niveles superiores de la conciencia).

Este es el resumen de las 12 instancias que más que sanar, nos ayudan a nacer a nuestra verdadera humanidad.

NOTA: A partir del minuto 30 del video comienza la meditación para sanar nuestra humanidad.

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