¿Y ahora qué? – Por Jorge Carvajal
En “¿Y ahora qué?” Jorge Carvajal y Juan Carlos nos invitan a buscar vías para afrontar la incertidumbre.
¿Cómo aprender a vivir aceptando condiciones de alta incertidumbre, como las del mundo actual, sumergido en una acelerado e impredecible proceso de cambio? ¿Cómo aceptar comprender la dinámica de una verdad esquiva, cambiante y relativa? ¿Cómo superar la ansiedad que nos produce el no poder controlar eventos que no dependen de nosotros, para asumir el control interno?
La propuesta es aceptar la impredecibilidad del futuro, reconociendo que sus frutos serán necesariamente producto de las semillas que sembramos en presente. Es una invitación para aprender la lección del momento y asumir la responsabilidad que nos corresponde, para aprender la lección de la crisis y emerger a un nuevo nivel de la conciencia.
Cuidar nuestra biología, asumir el cuidado del cuerpo y su energía cuidando la alimentación, el ejercicio, el reposo, el sueño y la meditación. Cuidar nuestras relaciones humanas, construir relaciones sólidas, que nos permitan proyectarnos desde la familia como un núcleo que se conecta a nivel de la red social de una manera eficaz.
Cultivar y cuidar una economía que administre esa gran empresa que es la vida. Se propone en este video reconocer que se puede cultivar al mismo tiempo la economía y la vida, como dos ingredientes importantes en la economía de nuestra salud.
También hablamos un poco de la empresa de la vida, de los emprendedores, de las nuevas empresas en el mundo. Del nuevo contrato social, el nuevo patrón de relaciones humanas, y las empresas como órganos vivos en el seno del organismo de la tierra, que nos permiten emprender y realizarnos.
Por último, le damos sentido a la crisis asignándole un significado espiritual. Qué significa, qué preguntas inherentes a la crisis, qué respuestas se esperan de nosotros. Cómo podemos emerger a una evolución llena de sentido, en la que nosotros podemos participar como co-creadores. Y dentro de todo esto, entonces se proyecta la idea de una economía espiritual, de una tecnología espiritual. De una espiritualidad a nivel individual, a nivel personal, a nivel familiar, de tal modo que nos involucremos en la evolución como un proyecto espiritual del que hacemos parte.