Unalma

La humanización de las empresas

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La humanización de las empresas

El compromiso humano en las organizaciones

 

¿Se puede medir la satisfacción laboral? ¿Cómo impacta el desempeño? ¿Qué relaciones existen entre el compromiso dentro de las empresas y nuestro potencial? ¿Cómo ha evolucionado durante la pandemia y cómo continuará transformándose? En esta conversación Jorge Carvajal y Gabriel Jaime Arroyave, abordan desde diversas miradas estas y otras preguntas relacionadas con nuestro camino para alcanzar potencial humano infinito. A lo largo de este corto y apasionante diálogo, podrán encontrar una promesa implícita, no existen recetas mágicas, no hay respuestas únicas a los interrogantes, sólo un terreno abonado para que en cada uno de nosotros emerjan más preguntas para el futuro.

El comienzo del diálogo

Nuestro mundo, los esquemas de salud y las empresas públicas y privadas están cambiando, quizás siempre ha sido así – un proceso de evolución constante del mundo -, pero la pandemia ha acelerado significativamente el ritmo de la transformación en estos sistemas complejos. No queremos convertirnos en predicadores de lo obvio, de lo que todos podemos percibir como resultado de los meses que se sumaron, para sobrepasar un año ya. 

Lo que sí pretendemos en cambio, es crear un diálogo particular acerca de la satisfacción laboral, cómo se mide – si es posible medirla – y cómo podemos integrar los aprendizajes de otros sistemas y áreas de los conocimientos en nuestro intento furtivo de medir el bienestar y compromiso de los empleados de las organizaciones.

Como ocurre con otras áreas de conocimiento, los avances de la tecnología, el océano de datos e información que se ha hecho disponible para las empresas y las herramientas de analítica profunda, han permitido avanzar significativamente en la forma en la cual las empresas indagan acerca de la satisfacción de la fuerza laboral en el lugar de trabajo. 

Estos avances han ocurrido desde la perspectiva técnica, pero quizás al ser éste un proceso profundamente humano, centrado en nuestra propia dignidad, es esta condición la que ha marcado de una vez y para siempre, la forma en que comprendemos el bienestar y compromiso de los empleados.

Hemos identificado tres factores claves al medir la satisfacción y el bienestar de los empleados:

  • El sentido de seguridad representado en la forma en que el sistema organizacional de una empresa, permite a cada individuo satisfacer sus necesidades esenciales.
  • El sentido de pertenencia entendido en cómo cada individuo puede ser la mejor versión de sí mismo, siempre, con otros que como él conforman el tejido humano de la empresa.
  • Y el sentido de trascendencia que lleva a los empleados a indagar acerca de sus contribuciones y el impacto que crean, más allá de su propio mundo particular al interior de la empresa. 

El diálogo continúa

Estos tres factores, deberían fundamentarse en un pilar central: La autoestima, la confianza en sí mismo, el amor por sí mismo, o los diferentes nombres que utilizamos para tratar de describir el mismo hecho, que todo comienza por nuestro propio interior, en nuestra propia capacidad de ser esencialmente seres conscientes. Es poco lo que representa para la satisfacción laboral, el sentido de seguridad, pertenencia o trascendencia, si no nos ocupamos primero y por sobre todo, de mejorar la percepción que tenemos de nosotros mismos, nuestra autoestima. Esa capacidad individual y profundamente ligada a nuestra propia humanidad, se convierte en el catalizador para alcanzar nuestro máximo potencial. 

Es esto precisamente lo que plantea un reto adicional para comprender la satisfacción laboral de los empleados en una empresa. Se trata de una experiencia única, irrepetible y tan diversa para cada individuo, como es diversa nuestra humanidad. Nuestro máximo potencial, traer la mejor versión de nosotros mismos, dar nuestra mejor nota, tiene un significado y una posibilidad diferente para cada individuo dentro de la empresa.

No existen respuestas únicas para superar este reto adicional, pero descubrimos a través del diálogo una perspectiva que puede ayudar a las empresas al medir la satisfacción de los empleados. Suena simple quizás, pero ¿qué tal si antes de medir y obtener una visión global del bienestar de los empleados, le otorgamos primero valor a la experiencia de cada individuo? ¿Cómo podemos personalizar la experiencia para cada empleado y al mismo tiempo integrar la experiencia de cada empleado? Es aquí cuando vale la pena transferir lo que han hecho los centros de salud, hospitales y la medicina en general para servir de mejor manera a nuestra sociedad. Avanzaron en la masificación del servicio, en la identificación de patrones y enfermedades comunes, pero dieron el siguiente paso (por lo menos los mejores centros de salud, hospitales y médicos), para moverse de esa masificación y de tratar a todos por igual, de utilizar los mismos patrones y mismos tratamientos para una enfermedad, a incluir el quién, a ver a cada individuo, a cada paciente como único, para ofrecer personalización. En últimas, a servir desde la humanidad. 

El final del diálogo – o quizás el comienzo

¿Cómo podemos en las empresas servir desde la humanidad para la satisfacción de los empleados?

La experiencia del empleado, su propia satisfacción laboral, es por tanto personalizada y recobrar el valor del propio individuo en este proceso se vuelve imperativo, mientras continuamos avanzando en los tres factores claves que describimos anteriormente para el bienestar de los empleados, ahora con una mirada diferente. Abordando el sentido de seguridad, el sentido de pertenencia y el sentido de trascendencia, no como factores aislados uno de otro, sino como esferas que parten del mismo pilar, nuestra propia humanidad, que se encuentran sincrónicamente relacionadas, conectadas, indivisibles.

Quizás esta forma integrativa de comprender el bienestar y compromiso del empleado, sea uno de los caminos por los cuales los sistemas complejos, entre ellos las empresas, puedan cambiar de una vez y definitivamente para permitir que todos podamos alcanzar nuestro máximo potencial humano.

¿Y tú qué estás haciendo para dar tu mejor nota hoy?

 

Autor: Gabriel Jaime Arroyave

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