Unalma

Aproximación a las bases científicas de la sanación

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Qué son las terapias sutiles y del biocampo 

 

Introducción 

En 1992 un panel de científicos de los Institutos Nacionales de Salud -NIH- de los Estados Unidos escogió la palabra biocampo para describir un campo sin masa, no necesariamente electromagnético que rodea e interpenetra el organismo humano. Muy pronto ese concepto se fue haciendo extensivo para células, tejidos, órganos, plantas, interacciones humanas y aún para la tierra. (Ver referencia)

Algunos de estos campos son susceptibles de medida a través de resonancias magnéticas, tomografías o electronografías -fotografías de alta frecuencia-. Las más conocidas medidas del campo se emplean hoy en la magnetoencefalografía funcional que han permitido grandes avances en el estudio in vivo de la neuroplasticidad cerebral. Harold S. Burr de la universidad de Yale investigó por más de cuarenta años lo que denominó “Life Champ”, el Campo L o campo de energía vital, descrito en su libro clásico “The electromagnetic blue print of life”. Aspectos más sutiles del biocampo se escapan hasta hoy a nuestros métodos de medida, aunque son registrados y descritos por sanadores entrenados.

La energía vital 

Con gran diversidad de denominaciones en casi todas las culturas nos encontramos a lo largo de milenios el concepto de energía sutil, ligado al biocampo. Prana, mana, orenda, chi, qui, orgón, son algunos de los numerosos nombres reportados. (Ver referencia)

Estos términos se refieren generalmente a una energía vital no física presente en los organismo vivos, que mimetiza y refleja el estado de armonía física, emocional, mental y espiritual. Representa una noción sistémica que hace relación a un estado integral del ser. 

bases-sanacion-jorge-carvajalLas terapias complementarias e integrativas como la acupuntura, el ayurveda, el Qui Gong, el TaiChi, las emergentes terapias del biocampo y la sintergética como propuesta sistémica, tienen sus raíces en las prácticas dirigidas a facilitar el flujo armónico y el equilibrio de esta energía vital. Aunque los estudios revelan efectos benéficos para la salud, uno de sus grandes limitaciones actuales es la incapacidad de medir el biocampo a través de los métodos de investigación convencionales, sustentados en una visión mecanicista. 

En años recientes la ciencia occidental se ha ocupado cada vez más de los efectos sanadores de esta energía sutil, a través de los efectos biológicos de las energías electromagnéticas de baja intensidad que son ahora más fáciles de medir.

Al igual que los antiguos terapeutas, que emplearon la energía vital para sanar, los modernos practicantes describen desequilibrios o rupturas de este campo energético vital, como causa de disturbios de todo tipo. A través de la detección y la emisión de energías sutiles ligadas al biocampo los terapeutas entrenados pueden aproximarse a un abordaje global de la salud.

La vigencia social de las terapias con energías sutiles

La sanación, que es la más conocida de las terapéuticas que involucran el biocampo, es también la práctica terapéutica de mayor vigencia social en todas las culturas del mundo. Patrimonio original de sacerdotes, chamanes y curanderos, su vigencia se ha ido extendiendo a sectores cada vez más amplios de la población, en la misma medida en que la evidencia de energías sutiles ha sido abordada por la ciencia moderna. Sus límites son difíciles de establecer, por cuanto a través del conocimiento cada vez más profundo y extendido de los paradigmas médicos tradicionales del mundo, diferentes modalidades de modulación del biocampo se han ido entrelazando con la práctica de la ciencia médica occidental. 

Este proceso intangible de utilización de energías sutiles, ligadas al campo de energía que nos rodea e interpenetra, hace parte de la actual tendencia irreversible hacia la medicina integrativa. Esta corriente constituye en sí misma un gran salto hacia la humanización de la medicina, pues tiene en cuenta, además de los parámetros objetivos de la biología molecular, las dimensiones energéticas emocionales, mentales y espirituales de cada ser humano. Un ejemplo de este tipo de integración es la propuesta sistémica de la Sintergética desarrollada en el lapso de las tres últimas décadas (Ver Sintergética y Manos).

La práctica de las terapias sutiles

Durante milenios se han practicado una gran variedad de terapias de sanación fundadas en la existencia de energías sutiles y las propiedades del biocampo, cuya fisiología energética se empieza a considerar hoy como una ciencia médica emergente. La vigencia social de la sanación está presente en el contexto de grandes cosmovisiones tradicionales y de prácticas indígenas, religiosas, espirituales y folclóricas, que han hecho parte de las estrategias adaptativas de supervivencia de los sistemas de salud correspondientes a diferentes culturas.

Actualmente, las terapias centradas en la sanación por energías sutiles y la modulación del biocampo se dan a un nivel informal entre amigos, familiares y sanadores locales. En un nivel más formal es suministrada por personas formadas en distintas modalidades de sanación, en clínicas y centros médicos alternativos y en algunas comunidades religiosas y espirituales. 

Entre los ejemplos más relevantes de prácticas de sanación por energías sutiles y modulación energética del biocampo, tenemos el Toque terapéutico propuesto por Dolores Krieger, el Reiki, el Qui gong, la sanación a distancia, las técnicas de liberación emocional, la medicina manual etérica, manos para sanar y sanación espiritual en el contexto de la sintergética. 

¿Cómo afectan la fisiología las prácticas de energía sutil y del biocampo? 

Una serie de investigaciones científicas nos indican cómo los sistemas de sanación que interactúan con el biocampo inciden en la regulación de sistemas biológicos. Esta regulación incluye la de la expresión genética -epigenética- y la de los sistemas endocrino, inmune, vascular y digestivo. Han sido reportados efectos sobre el electroencefalograma, la coherencia cardíaca, y la red de neuropéptidos y sus receptores, que en conjunto fueron considerados por Candace Pert como la red mente-cuerpo. En modelos animales, cada vez tenemos una evidencia creciente de los efectos moduladores de la práctica de la sanación sobre la regulación de las citokinas y el crecimiento de los tumores. Todo estos estudios sugieren que las terapias del biocampo desencadenan efectos biológicos y clínicos que trascienden el efecto placebo 

Algunos estudios relevantes 

Son publicaciones recientes de revistas científicas reconocidas, y tratan sobre los efectos biológicos de las terapias del biocampo.

 

Resultados en fatiga ligada al cáncer

Publicado en el journal Cancer y realizado en la UC San Diego, este estudio describe que la sanación a través del biocampo produjo una significativa mejoría de la fatiga y mejoró la variabilidad del cortisol (un marcador del estrés) en los supervivientes de cáncer. Se descartó el efecto placebo. (Ver referencia)

 

Resultados sobre la depresión y la actividad citotóxica de las células asesinas naturales.

En un estudio controlado y randomizado, realizado en la Universidad de Iowa, se compara una terapia de biocampo con la relajación en pacientes con cáncer de cuello. Los autores encontraron una mejoría significativa en la depresión, y en la preservación de la actividad citotóxica de las células asesinas naturales (NK), comparado con pacientes sometidos a terapia de relajación. (Ver referencia)

 

Resultados sobre la reducción de las metástasis

Estudio randomizado y controlado realizado en la Universidad de Conneticut. Los autores encontraron en un modelo de cáncer en ratones que se redujo significativamente las metástasis. (Ver referencia)

 

Estudios realizados en el contexto de CHI (The consciousness and healing initiative)

  • En un modelo de cáncer en ratones la terapia del biocampo produjo una supresión del crecimiento tumoral y la reducción de citokinas relacionadas con el cáncer. El estudio fue dirigido en el MD Anderson Cancer Center. (Ver referencia)
  • En un estudio controlado sobre la EFT -Emotional Freedom Technique- se encontraron reducciones en el cortisol, la frecuencia cardíaca, la presión sistólica y diastólica.
 (Ver referencia)

¿Pueden ser medidas la energía del biocampo?

Se han realizado en todo el mundo múltiples intentos que no han obtenido replicación para una medida directa de la energía del biocampo. Todas las evidencias son indirectas por los efectos provocados sobre parámetros objetivos como los metabolitos y los resultados clínicos. Un estudio sistemático es un próximo paso necesario para una mejor comprensión de las bases fisiológicas de las terapias del biocampo. No parece hoy suficiente tratar de sustentar estas terapias con la sola explicación de emisiones electromagnéticas, aunque sus efectos fisiológicos pueden ser registrados en el electroencefalograma por ejemplo. Es el caso de los estudios de sanación a distancia realizados en ambientes blindados al electromagnetismo. (Ver referencia)

¿Cómo podrían las terapias de energías sutiles y del biocampo ayudar a resolver la crisis actual de los sistemas de salud?

 

El panorama actual

En los Estados Unidos unos 68 millones de personas padecen dolor que genera incapacidad y disminución de la fuerza laboral. Se calcula que sólo el dolor representa un costo de alrededor de 632 billones de dólares por año. (Ver ref. 1)(Ver ref. 2)

Se han incrementado las sobredosis de opioides cuya crisis representó costos de 631 billones de dólares del 2015 a 2018 con un costo proyectado de 184 billones por año. Se estima que alrededor de 264 millones de personas son afectadas por la depresión y otras 100 millones de personas más sufren de otras condiciones, que incluyen la ansiedad y el síndrome de shock postraumático. (Ver ref. 1)(Ver ref. 2)

En su último plan estratégico el National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH) señaló que el manejo no farmacológico del dolor es la principal prioridad científica. (Ver referencia)

Entretanto las terapias del biocampo no tienden a incluirse en las revisiones sistemáticas sobre los enfoques no farmacológicos del dolor. Las evidencias clínicas actuales permiten postular que las terapias energéticas sutiles y la sanación del biocampo constituyen una promesa para la reducción de los costos de salud especialmente en lo relativo a la prevalencia de condiciones de salud intratables o de difícil tratamiento como la depresión, el dolor y el síndrome de shock postraumático.

Si en un país desarrollado como los Estados Unidos llueve, podemos pensar que en el resto del mundo no escampa. Nos referimos especialmente a los países del tercer mundo. Necesitamos un nuevo paradigma, un enfoque integrativo que conecte lo mejor de la ciencia de curar con el arte milenario de sanar. A la luz de los descubrimientos recientes sobre el campo, indudablemente saltan al primer plano las prácticas terapéuticas que modulan el biocampo y las energías sutiles.

Estamos dando un salto de la biología molecular a la biofísica, y de esta a la conciencia que tiene en cuenta la humanidad del sujeto que la medicina dice tratar. En esta desmaterialización del cuerpo y la vida que en él se ancla, descubrimos los campos, el del magnetocardiograma, el emocional y el mental. Accedemos de lleno a una medicina integrativa que no podrá ser ni más ni menos que una medicina del campo relacional de la conciencia que integra todos los campos. Desde finales del pasado siglo la sintergética ha formulado la necesidad de un cambio de enfoque de la salud y la enfermedad, de la relación terapéutica y del mismo hombre que pretendemos sanar. Más educación, más prevención, más autogestión serán características del emergente paradigma integrativo, con el que ya la ciencia occidental se ha empezado a integrar a las antiguas prácticas que hoy esa misma ciencia convencional empieza a validar. 

 

Autor: Jorge Carvajal Posada

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