Unalma

Sintergética: un nuevo concepto de enfermedad… y de salud

Artículo tomado de la Publicación Salud  AlterNatura, Nº 79 / Junio 2022
Páginas 21 – 25
Autora: Cristina Chapela

¿Se imagina ir a ver un día al médico y salir de la consulta con el diagnóstico y buena parte de la terapia realizada, además de con la información adecuada para que usted mismo tome las riendas de su salud? Este es el revolucionario planteamiento de la sintergética, una terapia que busca englobar lo mejor de diversos paradigmas médicos y que este mes analizamos a fondo.

Hace un tiempo, un documental me abrió los ojos ante los paralelismos que existen en las narrativas de diversas religiones del mundo, coincidentes en muchos más puntos de los que a priori pudiera parecer. Pues bien, de eso fue de lo que me acordé al conocer al Dr. Jorge Carvajal, creador de la sintergética y médico en la Clínica de Medicina Integrativa-CMI de Madrid.

Al presentarme este nuevo paradigma de salud, me habló de una nueva concepción de la Medicina -y de la vida misma, en realidad- como una síntesis de muchas de las terapias, técnicas y disciplinas conocidas hasta la fecha. Y lo cierto es que, a alguien que lleva años estudiando y leyendo sobre distintos paradigmas médicos naturales, esta idea no le es ajena. Efectivamente hay numerosos puntos e ideas comunes en muchas terapias, incluso si unas no reparan en las otras o ni siquiera se (re)conocen. Por ello la idea de buscar el “común denominador” que lo une todo, el vórtice de lo que funciona, de lo que es bueno y compatible en todas ellas, parece tener todo el sentido del mundo.

Ahora bien, ¿lo ha logrado la sintergética? ¿Ha condensado e integrado esos nexos comunes en una terapia efectiva y práctica al servicio de todo aquel que desee optimizar su salud? En estas páginas voy a contarle lo que yo misma he aprendido, para que sea usted quien saque sus propias conclusiones. Lo único que puedo adelantarle es que es probable que algunas de las cosas que va a leer le dejen tan sin palabras… ¡como a mí!

¿Quién es el Dr. Carvajal, ``Padre`` de la Sintergética?

sintergetica_jorge_carvajalNacido en Medellín (Colombia), el Dr. Jorge Iván Carvajal Posada es médico cirujano por la Universidad de Antioquía y pionero en medicina bioenergética en Latinoamérica. Sin embargo, es un médico al que no le gusta que le llamen “doctor”. “Que me llamen por mi nombre de pila es una forma de mantener un lenguaje y un trato horizontales, más humanos, lo cual mejora la relación médico-paciente y, con ello, el proceso de curación del enfermo. Lo primero en Medicina es la cercanía”, explica.Pese a haber recibido una beca para continuar estudiando en el extranjero, nada más terminar sus estudios se desplazó a la selva colombiana para trabajar durante cuatro años al servicio de las comunidades indígenas. Allí fue, precisamente, donde terminó por abrirse a la complementariedad y a la síntesis. “Enseguida comprobé que los chamanes tenían excelentes resultados allí donde nosotros no llegábamos. Así que me puse a estudiar, a investigar… Me hice amigo de ellos, especialmente del que ahora considero mi gran maestro, el indio Alfonso. Analicé qué resultados objetivos había y el mundo terminó por derretírseme: la energía, lo etéreo… ¡también arrojaban efectos tangibles! Ahí empezó todo”.

Una nueva concepción de Salud

Para entender la sintergética hay que hacer un viaje hacia un nuevo concepto de salud y de enfermedad. Y es que, cuando en medicina natural decimos que un trauma al nivel de las emociones puede derivar en una enfermedad, resulta de lo más comprensible. De hecho, no son pocos los terapeutas que hablan de cánceres provocados por conflictos emocionales, relacionales… Ahora bien, ¿y si yo le digo que esas cicatrices energéticas pueden venir incluso de tiempos pretéritos en los que uno ni siquiera había nacido? Por ejemplo, de un drama familiar vivido por los padres cuando eran niños o incluso por los abuelos.

Y aún hay más: ¿y si le digo también que esos traumas se inscriben de tal forma en nuestro ADN que pasan a formar parte de nuestra programación celular? Es decir, que los llevamos inscritos en nuestra propia genética, por lo que resulta imposible atajarlos (ni con el mejor de los psicoterapeutas durante años de tratamiento) si no es precisamente a ese nivel, actuando sobre la programación celular.

 

Esto es ni más ni menos lo que propone la sintergética: armonizar nuestra salud al nivel de la energía y de la información que esta aporta, registrando y descodificando el código de frecuencias que cada parte del organismo emite. De ese modo se detectan y se tratan los posibles cortocircuitos o interferencias que existen en la emisión electromagnética del cuerpo, los cuales podrían definirse como “‘ruidos’ que alteran la dinámica sutil de las comunicaciones entre todos los sistemas orgánicos”. Lo mejor es que todo ese proceso, que encontrará desgranado punto por punto un poco más adelante, se pone en marcha ¡en solo una sesión! De hecho, creo que eso es precisamente lo más significativo de la sintergética para el Dr. Jorge Carvajal, quien sentó las bases de este nuevo paradigma hace ya un par de décadas.

 

Cuando le pregunté cómo es una sesión en la consulta de un médico sintergético, hizo hincapié en que es muy importante que el paciente se involucre en el proceso, comprendiendo en todo momento qué se está haciendo y por qué. Es decir, que el médico sintergético debe ser claro explicando qué información arroja el cuerpo y cómo se interactúa con el biocampo para corregirla en caso necesario. “Es importante que el paciente confíe en la terapia, pues así se corresponsabiliza en su sanación”, explica.

El Dr. Carvajal, que ha recorrido medio mundo en sus largos años de trayectoria profesional, está convencido de que la relación médico-paciente tiene un enorme valor terapéutico en sí misma. Y es que además muchos pacientes solo necesitan, en buena medida, hablar. Pero ojo porque no únicamente la relación médico paciente resulta sanadora, sino que todas las relaciones que establecemos con nuestro entorno -e incluso con nosotros mismos- pueden convertirse en la mayor fuente de enfermedad o de salud. Veamos cómo.

La salud emocional, clave de supervivencia

Los traumas -anteriores o no a nuestra propia existencia, como ya hemos visto- importan además de por el momento clave en el que se viven (lo que en sintergética se denomina “punto nodal” de la historia de vida), por el cómo se viven. Y es que la forma en que afrontamos cada una de las cosas que nos suceden, en particular las más dramáticas, deja una impronta en nuestro cuerpo físico a través de una huella energética.

Así, la diferencia entre desarrollar una enfermedad grave o no hacerlo tras un evento traumático que nos haya marcado puede residir en algo aparentemente tan “simple” como el sentirse acompañado y escuchado en el proceso de recuperación. Es decir, en vivir esa situación con confianza y esperanza o, por el contrario, sentirse abandonado y en peligro.

Ese es el motivo por el que en sintergética se acostumbra a preguntar a los pacientes cuál es el evento más duro al que se han enfrentado y cómo lo han vivido. “Aunque en medicina convencional no se suele preguntar por ellas, esas cicatrices emocionales y energéticas cuentan mucho a la hora de desarrollar una enfermedad”, explica el Dr. Carvajal. Y en efecto muchos autores coinciden en que hasta un 70% de las enfermedades crónicas pueden asociarse a conflictos emocionales no resueltos. Por tanto, puede decirse que las “radiaciones humanas” son un capítulo relativamente desconocido pero importante para la comprensión de las enfermedades crónicas. Según Carvajal, de hecho, constituyen la peor contaminación, pues las emociones negativas dañan a los demás, a uno mismo… y encima lo hacen a través de un bombardeo continuo del que mucha gente no logra escapar. “Se habla mucho de los tóxicos, de los conservantes, de los ultraprocesados… Y por supuesto hay que evitarlos. Pero también vemos polución emocional en muchas enfermedades. Ambientes de intolerancia, de violencia, de maltrato… Insistimos mucho en la dieta, pero la principal nutrición del cuerpo es cómo nos relacionamos a nivel emocional, lo cual afecta a nuestro biocampo electromagnético”.

“La principal nutrición del cuerpo es cómo nos relacionamos emocionalmente, también con nosotros mismos”

Información energética capaz de sanar

Acabamos de ver que las relaciones y las emociones influyen en nuestro campo electromagnético, y lo cierto es que lo hacen de una forma perfectamente medible a través de las prácticas y las tecnologías apropiadas, como por ejemplo las que utiliza la sintergética. Pero es que además de ello esta terapia propone influir directamente en el biocampo a través de estímulos en resonancia con sus propias emisiones. El objetivo último en este caso es desactivar las informaciones fallidas que se han instalado en nuestra programación celular y que afectan a nuestra fisiología y a nuestra salud.

En realidad, la consideración de la energía como agente patológico es un punto común con numerosas terapias y técnicas ancestrales como la acupuntura, la quiropráctica, la reflexoterapia, la auriculoterapia… Lo que hace la sintergética es ir un paso más allá descodificando aquella información que es errónea e intercambiándola al momento por los mensajes correctos, lo que permite reprogramar el organismo a nivel celular. Por hacer un símil, es como si un informático accediese al disco duro de un ordenador -en este caso las células del organismo- y lo resetease casi de cero.

Por supuesto, para materializar esta técnica en algo tan “sencillo” de explicar se han necesitado “muchos años de investigación clínica del campo bioplásmico [un plasma electrónico activado que nos penetra y nos rodea] y de su integración con campos de información y de conciencia, lo que en su conjunto conforma el ‘campo relacional’ o ‘campo R’”. Este es, ni más ni menos, el nivel en el que toda la información confluye y se interrelaciona, pudiendo influirse y modificarse.

Pero ¿cómo opera la Sintergética exactamente?

Las técnicas y herramientas de las que se vale la sintergética están inspiradas, por supuesto, en las disciplinas y ciencias de las que ha bebido. Por ejemplo, se usan los puntos de acupuntura pero no sus agujas, ya que su estimulación se realiza con pulsos específicos de luz y de láser. Se tienen en cuenta conceptos de la terapia neural como el del campo interferente, pero en lugar de las infiltraciones se usan filtros y campos electromagnéticos pulsados. Se extraen ideas o nociones de la cibernética, pero no sus sofisticados elementos electrónicos ni sus computadores…

En realidad, lo que se usan son elementos de alto poder energético pero tan sencillos como los imanes, los colores, la luz, las manos, etc. Y es que algo tan básico como un haz de luz -con la intensidad y la frecuencia adecuadas- puede servir para establecer un diálogo con el campo de energía de un organismo. Solo hay que saber hacerlo de la forma correcta, condensando el vasto conocimiento de las distintas disciplinas terapéuticas.

Eso sí, por simples que sean, algunos de los equipos de los que se vale la sintergética han sido creados o modificados ex profeso para ella. Es el caso de los filtros, principal herramienta de esta disciplina. Se trata de unos dispositivos desarrollados inicialmente por Paul Nogier, padre de la “auriculomedicina” (quizá la fuente de inspiración más importante de la sintergética), y que contienen muestras de sustancias -como por ejemplo moléculas de enzimas y hormonas- que permiten reconocer e interpretar la respuesta del organismo a su aplicación sobre el biocampo.

Más de cuatro décadas de exploración con sustancias, filtros, rangos cromáticos, luz láser, imanes y sonidos a distintas frecuencias han permitido la sistematización de técnicas utilizadas hoy en muchos países por centenares de médicos y terapeutas. ¿Cómo lo hacen? Pues en realidad, cualquiera que sea la herramienta empleada, el método de detección es en esencia el mismo.

En primer lugar, se mide la reacción al pulso tras la exposición al estímulo en la zona del cuerpo que se quiere evaluar. Cuando se consigue lo que se denomina una “señal autónoma vascular” (es decir, cuando el pulso varía en respuesta a ese estímulo), se identifica una anomalía o “ruido” (en sí mismo un indicador patológico o respuesta de estrés frente a la información codificada en el estímulo) y, justo a continuación, se desencadena un intercambio de información a la velocidad de la luz entre el estímulo externo y la propia emisión del organismo. Este intercambio permite al tejido alterado restaurar su programa original o “memoria de salud”, recuperando lo que se considera una frecuencia normal o “fisiológica”.

“El principal equipo de medida es el propio organismo”, explica el Dr. Carvajal. “Se exploran tejidos, órganos y sistemas con estímulos reconocidos y precisos y se mide la respuesta individual de cada organismo. Y, aunque frente al mismo tipo de estímulos y el mismo diagnóstico existe una gran variabilidad en los patrones de respuesta, la sintergética es capaz de identificar y corregir, de un modo personalizado, esos patrones de información anómala que, al igual que un ruido, están interfiriendo en el programa de la salud”. Es decir, que como usted mismo ya habrá podido deducir el tratamiento comienza en el momento mismo del diagnóstico.

El tratamiento Sintergético, paso a paso

Una sesión con un médico sintergético puede durar alrededor de una hora, siendo lo primero que se aborda la historia clínica del paciente. Eso implica una escucha activa por parte del médico, pero también un amplio interrogatorio. “Se hacen preguntas que uno jamás pensaría que oiría de boca de un médico”, ríe Carvajal. Por ejemplo, ¿cómo fue su nacimiento?, ¿cómo vivió su madre el embarazo? o ¿qué tragedias familiares le han precedido? Es de ese modo que se abordan los puntos nodales de la historia del paciente; es decir, aquellos conflictos o cismas energéticos que, incluso si uno no es consciente de ello, se han inscrito en su organismo y su salud dejando una profunda huella fisiológica y epigenética.

Solo una vez se ha entendido por completo el contexto de la persona, se pasa a hacer el diagnóstico/ tratamiento. Y es que, como acabamos de ver, en sintergética las herramientas que permiten identificar los desarreglos de frecuencia también los corrigen sobre la marcha, en concreto en un proceso que se denomina “balance energético”. De ahí que sea capaz de poner a un paciente en el camino de la curación ¡en solo 60 minutos!

Y no solo eso: por sorprendente que parezca, esa misma información correctora es trasladada a través de un pequeño complejo de microtúbulos hasta un bote con semillas en el que esos datos quedan retenidos. Después, de la mano del agua que se añade al frasco (no olvidemos que el líquido elemento es capaz de memorizar y transmitir frecuencias) dará lugar a un tratamiento que el paciente deberá tomar en los meses siguientes, por lo general a razón de una gota al día, ya en su casa.

De ese modo el paciente se expone cada día a un “recordatorio” de la información correctora que ya recibió en la consulta. Y es que, una vez acabado el balance energético, ha terminado la primera fase del tratamiento sintergético y puede que ya no necesite regresar para tratar la misma dolencia. En efecto, muchas personas solo regresan meses o años después para lo que es más importante: promover y recrear su salud.

La auténtica revolución de la Sintergética

El Dr. Carvajal habla de la sintergética como de una terapia revolucionaria, contundente y de muy bajo coste. “No se ve al paciente cada semana o cada 15 días, como suele ser habitual, a no ser que tenga una enfermedad muy grave”. De hecho, suele darse una única cita para una revisión, ya sea medio año o un año más tarde. “Frente a otras terapias costosas y muy largas, aquí la gente se libera de la dependencia del médico. Yo mismo tengo muchos pacientes que no vuelven nunca porque no lo necesitan”, relata.

Pero ¿cómo se puede poner en marcha un proceso curativo de tal magnitud en tan solo 60 minutos? Esa es la pregunta que muchos se estarán haciendo a estas alturas. Pues porque la sintergética actúa, como ya hemos visto, en el nivel global de la información, lo que abarca desde el espectro denso de las moléculas, las células y los sistemas orgánicos hasta los espectros más sutiles de los campos energéticos, emocionales y mentales. “La vida es información y esta ocupa todo un campo de conciencia cuyas alteraciones pueden tener sus raíces en el mismo desarrollo fetal y transpersonal, algo a lo que las terapias convencionales no pueden llegar”.

Lo mejor de todo, en cualquier caso, es que no solo sirve para curar, sino que también pone en marcha lo que se conoce como “salutogénesis” (es decir, convertir a una persona en “generadora de salud”). Por supuesto, todo ello pasa porque el paciente se involucre desde el primer minuto. Y de ahí que sea tan importante que entienda qué sucede en la consulta y cómo se llega a su diagnóstico, además de que se acepte como pieza clave de la recuperación.

También por ello, además del mencionado medicamento que tomará a diario, gota a gota, y que el paciente recibe nada más acabar la consulta, se le ofrecen pautas específicas e individualizadas para mejorar su salud. De ese modo se le aconseja una dieta personalizada, restauración de hábitos y ritmos saludables, meditación, ejercicios… Y también dejar atrás el pasado, perdonarse y amar se. ¡Todo un programa para ayudarle a asumir su responsabilidad como “creador de salud”!

Responsabilidad, culpa y victimismo

Llegados a este punto, me resulta inevitable preguntar al Dr. Carvajal sobre el concepto de “culpa”. Y es que es complicado, cuando uno se hace responsable de su salud, tener presente que, como en todo en la vida, también en este campo somos aprendices y tenemos derecho a equivocarnos. Asimismo, ya hemos visto la gran cantidad de factores que afectan a nuestra salud y bienestar sin que seamos siquiera conscientes de ellos. ¡Son tantas las circunstancias que suman a la hora de hacernos enfermar…!

De lo que sí somos responsables únicos, en cambio, es del papel que adoptamos, de nuestra actitud ante la adversidad. Y en este sentido adoptar una perspectiva de víctima, algo muy común en nuestros días, solo sirve para contaminarse emocionalmente con energía negativa. “Esa es precisamente la razón por la que ponemos en manos del paciente su propia curación desde la primera sesión [con pautas, complementos nutricionales, dieta, un plan de ejercicios…]. Solo así pasa a tomar un papel activo y a mejorar lo que está a su alcance.

La vida es un proceso de expansión de la conciencia desde el reino mineral, pero en el ser humano alcanzamos la conciencia de la conciencia, es decir, la conciencia reflexiva. Esa es la clave de nuestra ‘responsabilidad’. Pero esta no debe ser entendida como una carga sino como la posibilidad de corresponder al mundo, de cumplir nuestro papel para con la propia vida”.

El inapelable futuro de la medicina

Pese a que defiende un concepto totalmente rompedor y que podría poner los pelos de punta a los médicos ortodoxos más acérrimos, el Dr. Carvajal se muestra optimista respecto al futuro de la medicina integrativa y de la sintergética en particular. De hecho, defiende que desde hace unos años la medicina convencional traza un camino cada vez más marcado hacia la personalización y la integración. “Es algo observable en muchas especialidades, como por ejemplo la oncología. Ya no se trata solo un tumor, sino un paciente con cáncer teniendo en cuenta la variedad de la mutación genética sufrida, su perfil histológico, sus componentes moleculares…

Hay una tendencia irreversible hacia una medicina más precisa e individualizada, así como a poner sobre la mesa temas sobre los que no se habla en la facultad. De hecho, buena parte de los médicos convencionales ya mezclan lo que saben de la carrera con algunos preceptos extraídos de lo que se conoce como ‘terapias alternativas’”, asegura. Y ojo: algunos lo hacen incluso si jamás lo reconocerían en público. “Yo incluso tengo médicos que vienen como pacientes a consulta, pero que jamás lo contarían. ¡Como si eso fuera una vergüenza!”, bromea.

Ojalá sea cierto, como él afirma, que las fronteras se estén disolviendo. “La ciencia es una maravilla, pero el cientifismo es una barbarie de la peor especie. Una mente reduccionista, discriminatoria y cerrada no es una mente científica. Y lo peor: conduce a la usurpación del nombre de la ciencia para hacer de ella una inquisición. Hay que abandonar el discurso de ‘buenos y malos’. La solución solo está en la integración y por suerte vamos hacia ella. Eso es precisamente la esencia de la sintergética”, concluye.

Para saber más…

Si quiere ampliar esta información puede visitar la web oficial https://sintergetica.org/.

También puede leer el libro Amor, vida y medicina: sintergética, ciencia y conciencia del Dr. Carvajal (2008) o participar en alguno de sus retiros o charlas.

 

Artículo tomado de la Publicación Salud  AlterNatura, Nº 79 / Junio 2022

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Autora: Cristina Chapela

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