La muerte y la continuidad de la vida
Se han ido de sus cuerpos, sí, pero en nosotros sólo han cambiado su modo de presencia. Ahora no están afuera, viven en nuestro corazón. Sus luces y sus sombras son ahora una parte de nuestro paisaje interior. En una profunda y bella comunicación interna conformamos con ellos la comunión de las almas.