Unalma

Economía de la atención

Economia-atencion-Jorge-Carvajal

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Economía de la atención

En este nueva charla, Economía de la atención, Jorge Carvajal, Carlos Andrés Arroyave, Gabriel Jaime Arroyave, Pablo Barvo y Luz Mercedez Mejía hablan sobre una empresa con conciencia, partiendo de conceptos como la atención, el cambio y la exploración de nuevos horizontes. 

 

La atención

Una clave mayor de la economía es la atención, allí donde se centran nuestros propósitos e intenciones. Podríamos decir que hacia donde dirigimos la atención, llevamos la energía, por lo que la atención misma es una clave mayor de nuestra economía. Sin atención nuestros esfuerzos se dispersan, perdemos la dirección, el enfoque y la eficiencia. Esto es importante en una cultura en la que tenemos tantas posibles distracciones, que dificultan la posibilidad de una atención sostenida.

Jorge comienza hablando de un momento, de una sociedad que sufre de hiperactividad y déficit de concentración, y que frecuentemente nos lleva a la agresividad, lo que se asocia con el bien conocido síndrome de hiperactividad vinculado a una atención dispersa y a la dificultad de control de los impulsos. Siendo ésta una enfermedad social, se pregunta entonces cómo reconocer en el campo del cerebro, de la biología, la manera cómo se integran todos los tiempos (el pasado y el futuro en presente) para que podamos estar atentos. Estar atentos y poder tener el correcto enfoque, la correcta dirección, dejando de lado la dispersión.

En este sentido, se habla de las muchas técnicas modernas que apuntan a la atención: mindfulness, yoga, técnicas de respiración, etc. Metodologías diferentes con objetivos similares, donde lo importante es que su práctica pueda pueda extrapolarse a la vida cotidiana.

En un mundo lleno de estímulos y distractores, muchas veces propiciados por el uso de la tecnología, no podemos olvidar que ésta es una herramienta y  que, como tal, no es la causa de la distracción, salvo cuando le damos ese uso. Nadie puede prestar atención por nosotros; el compromiso, que implica la capacidad de centrarnos aquí y ahora, es personal e intransferible. 

Cada uno de nosotros está equipado biológicamente para procesar los 3 tiempos: pasado, presente y futuro, en un solo tiempo, el tiempo profundo, el tiempo del enfoque, el tiempo de la atención. Para poder estar en presente, para experimentar la presencia, para disfrutar es necesaria  la experiencia del  placer. Si no estamos motivados, no estamos contentos, no estamos atentos. Y si no estamos atentos,  estamos dispersos, dispersamos nuestra energía y debilitamos nuestra economía.

 

El Cambio

Al hablar de cambios, si bien se ven reflejados en el accionar de los equipos de trabajo y normalmente están enfocados en los objetivos establecidos desde la alta gerencia, deben partir desde nuestro “propio metro cuadrado”. Esa pequeña zona perimetral es lo primero que debe cambiar para irradiar el resto. Somos generadores de cambio, si desde nuestro comportamiento propiciamos (e irradiamos) ese cambio. Un ejemplo bien conocido es el de Gandhi, quien a través del ejemplo, a través de su propio cambio irradió y propició el cambio de milones de personas.

El cambio es un compromiso desde lo individual. Recordemos que la atención parte desde adentro. Si estamos atentos en nuestro interior, tendremos una mente creativa y curiosa explorando cuando nos proyectamos al exterior. Si en nuestro “propio metro cuadrado” podemos irradiar serenidad y confianza, afianzaremos el trabajo en equipo necesario a la solidez de toda organización 

La posibilidad de este cambio es también un proceso recíproco, que no depende de cada individuo como único y principal gestor. Si en una organización, en una empresa hay miedo, hay represión, inseguridad, el rendimiento a nivel personal, medido por la capacidad de trabajar en equipo, se pierde. Se pierde la confianza, y la confianza es la raíz en la que una empresa, como la empresa de la vida, se puede afirmar.

 

Explotar vs explorar

Los modelos de negocio están cambiando rápidamente, incluso de manera disruptiva. El crecimiento de las organizaciones normalmente está planteado de manera lineal, pero en este modelo se hace difícil renunciar a lo que se ha establecido como funcional y exitoso. Este camino de rigidez puede terminar en fracasos monumentales como sucedió con empresas como Xerox, Kodak, o Blockbuster, que tuvieron a su alcance la posibilidad de generar disrupción, pero el miedo a romper su modelo de negocio habitual los llevó a continuar con su modelo de crecimiento lineal (y a su extinción).

El secreto posiblemente esté en generar un equilibrio, un balance entre lo que se es y lo que se podría llegar a ser. Entre explotar lo que se hace, lo que se saber hacer, y explorar aquello que aún no se hace, y que podría llegar a ser parte del hacer. Así, un buen gerente es capaz de sincronizar todos los tiempos: Mantiene la infraestructura y lo mejor que viene del conocimiento del pasado, mantiene la cohesión en presente y es capaz de soñar el futuro.

Una empresa que no sea creativa no tiene futuro. Una empresa que no tenga pasado no tiene soporte. Y una empresa que no tenga presente no tiene ni presencia ni vigencia.

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